Que yo andaba con otra chica… Llevábamos años juntas en secreto y éramos muy felices.
Estábamos en una reunión y decidíamos que era hora de sacarlo a la luz. Sentadas en un sillón, nos tomábamos de la mano y nos besábamos. Los amigos disimulaban su impresión, aunque se veían sorprendidos.
Le susurré a ella: “Deberíamos tener una hija. ¡Ya sé!, yo tengo una y tú tienes otra”… 🙂
La sensación era de alegría y tranquilidad.
(Sinceramente, creo que ha sido demasiada información sobre matrimonios y adopciones de gays para mi mente susceptible)