Estábamos en una especie de plaza (donde se había casado mi prima) con una iglesia y un restaurante. Dentro, una junta del trabajo a la cual no puse atención.
Me había pintado el cabello de un color castaño rojizo (reflejo obvio de lo último que vi en la tele antes de dormir). A algunos les gustaba mucho, a otros no. Yo me sentía una especie de ‘femme fatale’.
Entramos al restaurante, ahí estaba un hombre de mi pasado, comiendo con una amiga suya que nunca me agradó. Pensé que esta vez podría impresionarlo. Descarté enseguida la idea. Creo que ninguna pudo jamás impresionarlo.
Ah, y además yo estaba embarazada. Lo sabía porque un hombre, creo un brujo, me hizo una prueba en la piscina: Me tomó de las manos e intentó hundirme en el agua. Lo normal hubiera sido que flotara, pero me hundí.
Javier sólo miraba.
Le conté todo a Isabel. (Ahora la sueño en forma de Blackberry, ja ja)
Blackberry xD
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Jajaja si, la extrañaba cuando deje la oficina y le contaba todo en el blackberry jeje. Hace añooos
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