Un alma en la montaña
—habría jurado que eras tú—
lanzando una moneda,
esperando
que yo pidiera
cara o cruz.
Mi alma esa mañana
en la que todo era infancia
y latidos sin razón,
nadando en la telaraña
de la consciencia apenas ganada.
Y yo sospeché que eras tú.
Pero tú no tenías duda.
Me miraste y fue
el consabido rayo,
la razón a los ocho años,
la convicción.
Y yo, nada
yo, la sinrazón.
Y la moneda cayó al piso
y nadie nunca pidió.
Pero si tú hubieras dicho cara
seguro yo habría dicho cruz.
Y así
fue por siempre
mi sinrazón.
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http://majberet.wordpress.com/2013/05/17/shine-on-award/
abrazos !!!
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ohh, mil gracias. Lo revisaré 🙂 Saludos, Leo.
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Mil gracias!! En breve lo aceptaré 🙂
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