Está todo dispuesto:
se ha pagado el precio,
se ha subido la escalera,
se cierra la puerta,
se ahuyenta la luz que molesta
—cortinas—
a los que se aman o se amaban,
y hoy se buscan entre sombras,
y se encuentran en la lucha,
como amantes, a ratos,
como fieras,
encerrados en un cuarto
y en un trance
donde poca luz se filtra.
—ventanas—
Solo ruidos, no palabras,
la incoherencia y el aliento
cálido sobre la almohada
y sobre la piel descubierta
de nosotros, los que se aman
o de los que hace no mucho
aceptaban que se amaban.
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