No corre el tiempo,
el agua detiene
cualquier movimiento
de cuerpo y mente.
La luz traspasa,
descansa al fondo.
Mis manos se pasman
y ya reconozco
la fuerza dolida,
el amor dichoso.
En tu lejanía
duermen mis ojos.
No bebe el viento
el llanto silente.
Cualquier movimiento
se aquieta y muere.