El delicado enlace que sentí
era una enredadera que crece
verde, dulce,
amarga, inmarcesible.
El delicado extremo que vi
era un alma que oscurece
ámbar, callada,
amada, inaccesible.

El delicado enlace que sentí
era una enredadera que crece
verde, dulce,
amarga, inmarcesible.
El delicado extremo que vi
era un alma que oscurece
ámbar, callada,
amada, inaccesible.

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Hermoso
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Gracias 🙂
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Conmovedor, Carla. ¡Saludos!
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Muchas gracias, Carlos 🙂
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Bonita letra… bonitas letras.
Un abrazo desde esta dimensión.
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Gracias 🙂 Abrazo hasta esa dimensión.
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