Verano


Hubo un verano
en que corrí descalza
con las piernas rotas,
laceradas.

Hubo un verano
en que arrojé mis ojos
a un pozo,
y luego vi el dolor ajeno
a diario.

Hubo un verano
en que abrí y cerré
—con mis propias manos—
todas las puertas
que ardían al rojo blanco.

Y hubo días de ese verano
en que arrojé de nuestra casa
a propios y extraños.

Hubo un verano
que pensé que había durado años,
que sigue durando.

Hubo una tarde-noche
irrecordable de un verano
en la que —apenas me entero—
él me estuvo esperando.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.