(Soñé que) rezaba frente a un altar frenéticamente:
—¡Dios mío, sálvanos! ¡Dios mío, ayúdame! —repetía una y otra vez.
La oscuridad era interrumpida por los rayos y los truenos resonaban en la tormenta. Y yo seguía rezando como poseída.
Al final, cuando no había ni un indicio de luz entre las tinieblas, salí a la calle. Supe que era el momento de confiar en que mis oraciones habían dado resultado.
Todos necesitábamos luz. Así que tomé con fuerza la barra de metal y mi calor la encendió como una lámpara incandescente.

» Y yo seguía rezando como poseída.»…qué imagen tan contradictoria, y a la vez tan fuerte…
«Así que tomé con fuerza la barra de metal y mi calor la encendió como una lámpara incandescente.»…pero esta es aun más fuerte.
Me gusta lo que escribes 🙂
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«Rezando como poseída». Ay y una vez me fue posible estar en ambas actividades a la vez, fue muy curioso, un día te cuento. Wow si que me gustó la segunda imagen a mí también. Gracias por leerme.
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