Publicada originalmente en Marimarus
Desde la lejanía de los años
me acuerdo,
mi amor pequeño,
mi cielo,
que tus besos sabían a café,
a canela, a miel y a menta,
y a sabores que nunca probé
(sólo en ti)
(sólo en ellos)
Desde la ruina del tiempo
recuerdo
que tú decías siempre que mi piel
tenía aromas que nunca oliste:
a brisa, a algodón y a espliego,
a manzanas recién cortadas,
a jabón mezclado con té
(sólo en mí)
(sólo en mi piel)
Y ruego
por que el regusto no me abandone,
por que el sabor de tu boca sea, eterno,
mi infinita maldición y consuelo,
por que el aroma que dejé impreso
sea la prueba indeleble
que mantenga unida
mi piel a tu piel.
(siempre aquí)
(siempre ayer)
Fotografía de Edgar Salazar, de la serie Reflejos en el agua & estrellas publicada en el blog DimedioEstudio. Para ver la serie completa de fotografías, haz clic aquí.
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realmente me quito el sombrero ante ti, es realmente expendido el poema, perdona por contestar tan tarde pero me quede sin internet y retomo hoy mi trabajo un saludo
Edgar Salazar.
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Pingback: Café y espliego (poesía) | DimedioEstudio
mira haber que te parece lo que he publicado en mi bloghttp://dimedioestudio.wordpress.com/2013/04/02/cafe-y-espliego-poesia/
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Oh. Mil gracias por tu comentario 🙂 por compartir y para nada te preocupes por la tardanza, todos estamos en varias cosas a la vez. Buen día!!
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lento, me lleva a la infancia, a los olores como esa primera vez, quizá después de años y años de esta vida no había viajado tanto…
me gusta tu espacio, es intenso, y doy un suspiro
seguiré bajando en cada historia
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Gracias por comentar. Eres bienvenido siempre que gustes. También te seguiré leyendo.
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