Publicado originalmente en Marimarus
Ella acudió a la cita, puntual.
Él se retrasaba.
Se pasó los dedos por el cabello,
nerviosa,
mientras la espera duraba.
A voluntad, dejó de mirar hacia afuera.
Y así, no lo vio cuando entró en escena,
a prisa,
con el semblante más que serio,
helado.
Cuando él llegó,
el sol de la tarde se volvió invierno.
Y las manos temblaban,
las de ambos.
Pero no se tocaron.
Él dejó que ella se explicara.
Ella habló seria, pero risueña,
con palabras ligeras, pero asustada.
Y entonces,
el invierno vespertino se volvió nevada.
Las noticias eran agua congelada
cayendo sobre una mente
que no las esperaba.
Cuando ella calló
ya había perdido la esperanza.
El hombre helado frente a ella
se convirtió en piedra.
Y lo vio solamente
negar con la cabeza.
“Yo venía a decirte que me marcho”,
dijo la piedra frente a ella.
Y ella llevó sus manos a la cabeza.
Y sus dedos enredaron su cabello,
estrangulando cada hebra.
Y sus manos quisieron herir sus manos,
besar su boca, quebrar la piedra.
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” el sol de la tarde se volvió invierno ”
ame esa frase
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me alegra que te haya gustado 🙂
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