Una invitación más a que lean nuestra revista de Salto al reverso y mi humilde aporte poético a ella, junto con mi agradecimiento a todos los que me acompañan en este proceso de creación.

Antes era una lanza,
arrojada contra mí,
y me atravesaba.
Es decir, el dolor
es decir, sorpresa llana.
Y de allí nacía ella,
mi palabra.
Una explosión interna,
agua turbia rebasada
en el pozo de mi alma.
Y el agua siempre escapaba.
Tinta, pluma y libretas,
todas nosotras empapadas.
Aún ahora es el agua
la materia de mi palabra.
Pero algo ha cambiado.
Ahora estoy
en un prado bajo el sol,
seca, cálida, calmada.
Sé que si viene la lanza
podré escucharla
aun con los ojos cerrados,
bajo la luz anaranjada.
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