
Amor, ¿te llevaba en dónde?
En las groseras orillas de las carreteras
mexicanas,
hacia la vegetación exuberante
entre la cual yo quería huir;
en las profundidades de los caminos
mexicanos,
sembrados en cuadrícula o
dejados en nopalera a la deriva.
Te llevaba en mí,
hacía aquella casita
en medio del campo,
al escape siempre añorado,
al refugio solitario.
Te llevaba allí
a entregarte a mí.