Prefiero pensar que son mariposas
las ideas que revolotean mi cabeza,
cuando estoy dormida y despierta.
—No saben salir de mí—
Pero sé que son polillas negras
de aquellas que anuncian muerte
como la que yo una vez fui.
—Buscan luz y no hay—
Se estrellan en las paredes,
chocan contra muros de la mente.
Me gritan sin fin.
—Sáquenlas de allí—
Y en el cuerpo no hay nada más.
Por dentro, dolor en cada fibra,
en carne viva.
—¿A dónde han de ir?—

Imagen: Crissanta