Vampiros


Como vampiros que persiguen a la víctima,
siguieron esa noche y todas
al alma perdida, los sueños.

Envueltos en nocturna oscuridad velada,
se evaden y muerden al ser inconsciente que duerme,
perdido en su lecho, ausente.

Malditas las horas del sueño que azotan al alma,
acorralada siempre por la pesadilla embravecida.
La sangre que corre en las venas se queda helada,
al tiempo del súbito despertar desde el infierno.

El alma vuelve al cuerpo después del ataque,
las sombras huyen al alba
y la respiración se calma.

Los sueños, negros tormentos,
se marchan aprisa antes de que asome, limpia, la mañana.

Ha vuelto a empezar el día,
la vida aún renace.
La paz viene en vigilia.

Desaparecen a la luz,
los vampiros y los sueños.

(SXC) pesadilla

Viaje al espacio y nada más


rocket cohete espacial(Soñé que) iba a viajar en una nave espacial. Me entrenaban en una computadora para hacerme a la idea de cómo iban a ser las condiciones en el espacio exterior.

Yo sólo imaginaba que iba a ser lindo mandarle saludos a él desde el espacio. Pero, cómo era de esperarse, nunca logré salir hacia la prometedora travesía.

Sueños inconclusos, llenos proyectos inacabados, discusiones, sentimientos muy definidos, objetivos imposibles e interminables caminatas que me hacen despertar cansada.

Firebird


Tomada de Dance, art & okc, del montaje de Robert Mills.

Tomada de Dance, art & okc, del montaje de Robert Mills.

(Soñé que) veía un jardín laberíntico adornado con arbustos y piedras. Y cuando estuve en él, rodeada de gente, comencé a sentir miedo.

Había una mujer que aparecía en las esquinas y se ocultaba en los rincones. Era joven, bella y llevaba un vestido color rojo fuego: Firebird.

Yo sabía que en cualquier momento ella saldría para atacarme, que vendría para matarme. Y me dominaba el pánico y mi angustia no tenía límites.

 

Atrapada en mi calle


calle irlanda dublin rio liffey

(Soñé que) estaba atrapada en la calle de mi niñez. Y me di cuenta de que he estado atrapada allí desde hace mucho y para siempre.

Un río corría junto a la calle, cristalino, junto a los edificios conocidos.

Era esa hora de la tarde en que la luz se ha ido, pero aún no es tiempo de encender un foco. Y había partículas de polvo brillando por doquier.

Mi auto estaba mal estacionado, y tenía abiertas las puertas y la cajuela.

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Tocar la niebla


(Soñé que) podía tocar la niebla. Se disolvía entre mis manos como una cortina de gotas de lluvia diminutas y suspendidas.

A través de la ventana del salón, noté que el cielo se había oscurecido de pronto. Y se lo dije a todos, emocionada.

—Hay niebla.

A nadie parecía importarle tanto pero mi fascinación era absoluta.

Pasé horas en el sueño tratando de salir de habitaciones llenas de gente y cosas pasadas: compañeros de escuela, pertenencias queridas y perdidas.

No pude lograrlo, como siempre. Algo me detenía cada vez, me retrasaba, me hacia volver.

Fastidio. No angustia.

Sophie y más y más muerte


(Soñé que) ella quería matar a Sophie, mi hija.

Yo la buscaba en el garage, pensando que ya la había matado, pero Sophie estaba afuera con su impermeable rojo, mojándose en la lluvia.

Había estado jugando afuera, y ahora lucía asustada.

—Sophie, ven aquí —la llamé.

Y vino hacia mí, con su cabello rubio y despeinado. Y junto con ella, mis otros tres hijos, dos niños y una niña. Los envolví en un abrazo.

Pero el peligro seguía. Ella iba a matar a Sophie con un rifle.

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Sangre en el estudio de ballet


(Soñé que) habían matado a alguien en el estudio de ballet. Yo practicaba giros en la diagonal del salón y mis zapatillas se llenaban de sangre a cada paso.

Los asesinos estaban en una esquina, hablando.

—Al menos limpien la sangre —les dije.

Ellos discutían qué hacer con el cuerpo.

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